
El paradójico lado oscuro de los «cero emisiones»
A simple vista, los autos eléctricos parecen la solución perfecta contra la contaminación: cero gases de escape. Sin embargo, el verdadero problema no sale por el escape… sale de los frenos y las llantas. Al ser mucho más pesados por las baterías, requieren más fuerza para detenerse y eso genera mayores cantidades de partículas microscópicas que se quedan flotando en el aire de nuestras calles y entran directo a los pulmones.
¿De qué están hechas esas partículas peligrosas?
Investigadores de la Universidad de Southampton clasificaron las balatas en cuatro tipos: bajas en metal, semimetálicas, orgánicas (NAO) y cerámicas. El resultado sorprendió: precisamente las balatas orgánicas y cerámicas —las más usadas en autos eléctricos modernos— liberan la mayor cantidad de fibras de cobre tóxicas. Estas partículas menores a 2.5 micras (PM2.5) están relacionadas con mayor riesgo de cáncer de pulmón, asma y enfermedades respiratorias crónicas, justo lo que más padecemos en la Ciudad de México y el Área Metropolitana.
¿Entonces un diésel contamina menos que un eléctrico en la ciudad?
Por increíble que suene, en tráfico urbano algunos diésel modernos pueden generar menos partículas por desgaste que un eléctrico pesado, porque no dependen tanto del frenado regenerativo y pesan menos. No es que el diésel sea «limpio», pero sí demuestra que cambiar millones de autos de combustión por eléctricos pesados podría simplemente mover el problema de contaminación en lugar de eliminarlo.
- Los autos eléctricos NO son 100 % libres de emisiones si contamos frenos y llantas;
- El desgaste genera partículas tóxicas que respiramos todos los días;
- Urge crear nuevas normas y materiales para que los eléctricos sean realmente limpios.
Este estudio nos recuerda que ninguna tecnología es perfecta. Los eléctricos siguen siendo la mejor opción para bajar CO₂ y el smog tradicional, pero ignorar las partículas de frenos y llantas sería un error garrafal. La buena noticia es que ya están desarrollando balatas de nueva generación y llantas bajas en emisiones para que pronto manejemos realmente limpio… ¡y sin poner en riesgo nuestra salud!