
Pero si somos honestos, el factor más importante para ahorrar combustible sigue sentado al volante. Hasta el auto más tecnológico puede gastar de más si lo manejas sin cuidado.
Menos peso, menos gasto
Empecemos por lo básico. Todo lo que llevas en la cajuela “por si acaso” afecta directamente el consumo. Entre más pesado vaya el vehículo, más energía necesita para acelerar y mantener la velocidad. Esto también aplica a los eléctricos, que de por sí traen bastante peso con las baterías.
Un tema aparte son las barras o cajas portaequipaje en el techo. Si no hay forma de evitarlas, elige las más aerodinámicas. Hasta una caja vacía arriba aumenta notablemente la resistencia al aire y el consumo, sobre todo en carretera.
Las llantas influyen más de lo que crees
El estado y la presión de las llantas son de los factores más subestimados. Llantas con baja presión aumentan la resistencia al rodamiento, lo que obliga al motor o al motor eléctrico a trabajar más.
La regla básica es sencilla:
- seguir las presiones recomendadas por el fabricante;
- al ir con carga completa, subir la presión entre 0.2 y 0.4 bar;
- antes de un viaje largo, siempre revisar la presión.
No solo ahorras combustible, también ganas seguridad.
Los viajes cortos son el enemigo del bolsillo
Esto pega especialmente fuerte en autos de combustión. Mientras el motor no alcanza su temperatura óptima, el consumo puede superar fácilmente los 20 litros por cada 100 km. Por eso los trayectos cortos frecuentes en ciudad duelen tanto al presupuesto.
Los eléctricos salen ganando aquí: no tienen fase de calentamiento tradicional y su eficiencia casi no se ve afectada.
El pedal es el verdadero regulador del consumo
Arrancadas agresivas, frenadas bruscas y salir volando en cada semáforo son la forma más segura de gastar más. Aunque un eléctrico te permita acelerar rapidísimo, abusar de eso reduce la autonomía y desgasta más rápido las llantas.
El estilo de manejo más eficiente es suave y predecible. Las transmisiones automáticas modernas en modo Eco cambian en el momento ideal, y el control crucero en carretera ayuda a mantener velocidad constante.
Un tip rápido para carretera
Si no tienes prisa, poner el crucero a 100 km/h reduce notablemente el consumo comparado con ir a 120–130 km/h. La diferencia de tiempo es mínima, pero el ahorro sí se siente.
Al final todo se resume en algo simple: la tecnología ayuda, pero es el conductor quien decide si el viaje será económico o no.