Este singular motor rotativo forma parte del ADN de la marca, y ahora los japoneses lo traen de vuelta. Pero, para ser sinceros, no exactamente como lo soñaban los puristas. En lugar de un coupé rugiente, nos entregan algo mucho más “verde” y reflexivo.
El Wankel ahora es generador, no el alma del auto
Recordemos la última vez que Mazda usó un rotativo puro: fue en la RX-8. Hoy sobrevive solo en el MX-30 R-EV, donde no mueve las ruedas directamente, sino que recarga la batería. Básicamente es un generador a gasolina que extiende la autonomía del eléctrico. Nada de ese chillido característico ni de subir locamente de revoluciones: pura ecología y racionalidad. Y, claro, ya no es lo mismo que hacía que la gente comprara una RX-7 o RX-8.
Vision-X Coupe: un híbrido del futuro con alma del pasado
En el Japan Mobility Show, Mazda reveló el concepto Vision-X Coupe, una visión hacia 2035. Bajo el cofre está el mismo Wankel, pero ahora trabajando junto a un motor eléctrico y baterías. Los números impresionan: 510 hp combinados, autonomía total de unos 800 km y hasta 160 km en modo eléctrico puro. Pero, seamos realistas, ya no es ese coupé ligero y deportivo; es un híbrido más pesado. Las curvas no las va a devorar como lo hacía una RX-7.
Ecología en lugar de adrenalina pura
En cambio, los ingenieros optaron por la “conciencia limpia”: el motor rotativo funciona con combustible producido a partir de microalgas. Estas absorben CO₂ y generan aceite que se convierte en e-fuel carbono neutral. Los residuos sirven incluso como alimento animal o en la industria alimentaria. En teoría, mientras más conduces el Vision-X, más limpias el aire; suena increíble, aunque un poco utópico.
Dimensiones y estilo: una dirección polémica
El Vision-X Coupe mide 5.05 metros de largo con una distancia entre ejes de 3.08 m. Ya no es un coupé clásico, sino más bien un fastback bajo. La altura ronda los 1.48 m, la batería en el piso le da un aspecto robusto y el medallón trasero es diminuto, como dicta la moda actual. En el interior reina el minimalismo: casi no hay botones físicos, todo es por pantalla táctil. Se ve futurista, pero en el día a día puede ser incómodo; a veces solo quieres girar una perilla y no buscarla en un menú.
¿Llegará un sucesor del RX?
Mazda parece guiñarle el ojo a los fans: el rotativo sigue vivo. Pero por ahora es más un homenaje simbólico al pasado. Si llega un modelo de producción con Wankel, lo más probable es que sea un SUV híbrido. Y eso genera cierta nostalgia. Ojalá algún día Mazda nos regale un verdadero deportivo rotativo, no solo por lo ecológico, sino por las emociones puras.
Si este concepto llegara a producción en serie, el precio estimado en el mercado mexicano estaría en el rango de $2,200,000 – $2,700,000 pesos. Pero, la verdad, por ese olor a gasolina premium y el aullido del rotativo, los fans pagarían aún más. Lo importante es que siga siendo esa Mazda con chispa y no solo un concepto verde para exposiciones.
